17 de mes al Siervo de Dios Mariano Dubón - Meditación Octubre

EL PADRE DUBÓN Y EL ROSARIO

Mejor que propiedades y títulos, o joyas y ropajes, el Padre Dubón dejó una riquísima herencia a sus hijitos. Esta fue el Rosario. Con esta poderosa arma les dio una mejor propiedad haciéndolos herederos del cielo, mejor título por hacerlos hijos de María, mejores joyas por darles prendas de devoción que tributar a la Reina de todo y mejores ropajes por vestirlos con las virtudes cristianas. El Rosario es el compendio de la vida de Cristo, escuela de meditación y una excelsa regla de oración. 

Es la cadena que nos hace esclavos de María, es el lazo que nos hace hijos de Ella. Reuniéndose en el Padre Dubón la virtud de la Piedad con la virtud de la devoción a María era imposible que no figurase como un gran devoto del Rosario, que no solo lo rezaba, sino que ganaba más devotos de esta excelente práctica. Sus pequeños huérfanos reciben en esta devoción la costumbre de siempre rezar, de ser marianos a como se llamaba su Padre Mariano y ser imitadores de Cristo a como lo fue el Padre Mariano. 

Verdaderamente lo fue porque para asemejarse a Cristo tomó por compañera a María, siendo Ella la Madre de los Huérfanos y siendo él el espejo de Cristo en la vida de ellos. "No es bueno que el hombre esté solo" y no hay mejor compañera, no hay mejor ayudante, que María, que nos purifica y asemeja más a su divino Hijo Jesús. Imitemos al Padre Dubón y seamos grandes propagadores del Rosario, de la devoción a María y tomémosla como nuestra Reina, Madre, Señora y Compañía.

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