Biografía del Siervo de Dios Mariano Dubón

Biografía Breve del Siervo del Rev. Pbro. Dr. Mariano Dubón

Siervo de Dios



Escrita por Gil Rodrigo Fiallos Estrada

Familias Dubón y Alonso
Mariano Dubón, abuelo del Siervo de Dios, fue el primer Dubón en Nicaragua. Oriundo de Francia, desconocemos el nombre de sus padres o su segundo apellido. Se casa con Ana María Josefa Echeverz, leonesa, conocida como Chepita Chevez. Tuvieron 5 hijos: Evarista, Pablo, Liberato, Gabriel y Dolores. [1]
Liberato fue el padre del Siervo de Dios Mariano. Nació en León de Nicaragua el 25 de marzo de 1870. Fue político, comerciante y militar, escribiente de la Tesorería General de Managua y Prefecto de León hasta 1865. Un gran conservador, fue un fuerte opositor de la expulsión de los jesuitas por lo cual fue confinado en Managua en octubre de 1881. Tuvo cuatro viajes comerciales a Europa donde conoció a sus parientes. Se casó el 30 de diciembre de 1860 con Virginia Alonso Jerez. [1]
Domingo Alonso Neira, padre de Virginia Alonso Jerez, fue el primero de la familia Alonso que nació en América. Su padre fue el Coronel Domingo Alonso de la Vega. Los dos lucharon juntos en el bando hispano (anti independentista) en Chile. En la batalla de Maipú fueron derrotados y encarcelados. Domingo Alonso de la Vega fue herido gravemente y murió en cautiverio. Domingo Alonso Neira juró que el libertador O'Higgins, que le negó atención médica a su padre, lo pagaría. Por esto Don Domingo fue encarcelado y posteriormente exiliado de Chile. [2]
La historia familiar narra que naufragó por el golfo de Fonseca. Existe la tradición de que tenía parentesco con el general Máximo Jerez, lo que es posible dado las historias familiares de los Jerez y de los Alonso. Se casó con una prima paterna del general, Mercedes Jerez Quiñonez, hija de Vicente Jerez Grandón y Josefa Quiñonez del Valle. Los dos tuvieron 15 hijos: Leonidas, Virginia, Emigdia Cupertina, Maria del Carmen, Domingo, Emidio, Amalia, Mercedes, Daniel, Vicente, Melquiades, Solón, Elías, Domitila y Rubén. [2]
La casa de los Alonso todavía existe, es la gran casa solariega contigua al Teatro José de la Cruz Mena. Antes de la construcción del Teatro ese espacio era el patio de la casa. Virginia, la madre del Padre Dubón nació en 1837. Fue prima de otro santo sacerdote místico leonés, el Padre Juan Evangelista del Valle, hijo de Juana Jerez, hermana de Mercedes Jerez.
Nacimiento y Juventud
Mariano Casimiro Dubón Alonso nació el 12 de marzo de 1862. Fue bautizado en el baptisterio de Catedral el 23 del mismo mes por el Canónigo y Dr. José María Ocon. Su padrino fue Salvador Bermúdez. Creció en el seno de una familia numerosa que lo inclinó al servicio religioso desde una tierna edad. Fue el primogénito de 13 hijos, siete varones y cinco mujeres. [3]
Sus hermanos fueron José Belisario (*1863), Josefa Dolores (*1864, + 17-3-1925, esposa del Dr. Pedro González), Trinidad Soledad (1865), Liberato Ignacio (1868, bautizado en León el 13-2-1868, siendo su padrino Pablo Dubón), Virginia (* 20-2-1869, en León, bautizada 4-3-1869, siendo su madrina Carmen Terán, + ¿?, soltera), José Elías (* 14-3-1871, bautizado 22-3- 1871, + 12-2-1914, soltero), Maria Ana (* en León, Octubre 1872, + mayo 1961, soltera), Maria Pura Concepción (bautizada, 6-1-1875, + 4-9-1876), Jesús (*+1876), Juan de Dios (1877), Pedro Benedicto (1878) y Miguel Ángel Uriel (bautizado en León, 26-7-1882, + 8- 5- 1885). [3]
Ministerio Sacerdotal
A la tierna edad de diez años recibe la sotana de los padres jesuitas, que estaban recién establecidos en la república, en la iglesia de La Recolección. Luego entró en el colegio San Ignacio en Matagalpa, donde empezó sus estudios eclesiásticos. En 1881 los jesuitas fueron expulsados de Matagalpa y luego de Nicaragua. Por esto el Siervo de Dios se traslada a Quito para proseguir sus estudios. Le acompañaron el futuro Mons. Simeón Pereira y Castellón, último obispo de Nicaragua, y el hermano de este, Félix, entre otros. [3][4][5]
Posteriormente estudió en Roma, hospedándose en el colegio Pío Latinoamericano. Para el año 1886 estaba devuelta en Nicaragua, donde hace la solicitud de ordenación al obispo, Mons. Francisco Ulloa y Larios. En dicha carta menciona haber recibido todas las órdenes menores, así como el subdiaconado y el diaconado del mismo Mons. Ulloa y Larios (obispo de 1880 a 1896). El Padre Dubón es ordenado sacerdote a finales de 1886 o principios de 1887 y celebra su primera misa al día siguiente en la Iglesia de San Felipe. Lo apadrinó el muy Ilustre Señor Canónigo Gordiano Carranzas. [6]
En enero de 1887 se le fue encargado el coro catedralicio. Fue puesto como maestro en el seminario, cargo que ocupó alrededor de 20 años. También ocupó el cargo de rector del seminario. Luego es nombrado ceremoniero de catedral. [7] Describiendo al Padre Dubón, Mons. Lezcano cuenta que cuando vivían en el seminario le llamaba cariñosamente “Mi Biblioteca”, ya que teniéndole a él que mucho sabía y leía no necesitaba de una. [8] Cuando Mons. Ramón de Jesús Chévez fue exiliado del país el Padre Dubón fue nombrado Vicario General de la Diócesis. [9] Para marzo de 1890 se encontraba en Roma, donde culminó su doctorado. [14] [15]
En 1894 se especulaba sobre la sucesión de Mons. Ulloa y Larios y varios creían que el Padre Dubón podría ser el sucesor. En 1895 es enviado a Roma por el obispo para dar testimonio de quien era el candidato idóneo para ser nombrado sucesor. El padre Dubón y el Padre José Antonio Lezcano (que fue llamado de París donde estaba estudiando) testimoniaron las virtudes del joven sacerdote Simeón Pereira y Castellón para que el papa lo apunte como Obispo Auxiliar Coadjutor, o sea, con derecho a sucesión. Ese año fue nombrado Simeón Pereira y Castellón Vicario General. [9]
Aparte de estos cargos el Padre Dubón también fue capellán del Hospital San Vicente y las Hijas de la Caridad. El 28 de abril de 1898 un terremoto sacudió a León. Ese mismo año Monseñor Simeón Pereira y Castellón fue exiliado por haber escrito una carta pastoral en contra del General Zelaya. Por negarse a retractarse fue exiliado a Costa Rica el 3 de Noviembre. Este exilio fue breve, ya que sabemos que en 1899 ya estaba devuelta en León, pero no sería la única vez. Durante este exilio el Padre Dubón fue una figura clave en el manejo de la diócesis.
Fundación del Hospicio
Debido al terremoto, las Hijas de la Caridad, que se encontraban en el edificio junto a San Juan de Dios, se vieron forzadas a mudarse. Este traslado se efectuó el 6 de marzo de 1899. [10] Esto le dio una gran oportunidad al Padre Dubón, ya que ese mismo año, con la aprobación de Mons. Simeón Pereira y Castellón y el apoyo de los vecinos de San Juan de Dios, empezó a habilitar la capilla y el antiguo hospital para recibir a niños huérfanos y abandonados en las calles. [4]
El gobierno cedió la antigua propiedad al Padre con tal de que se use como Hospicio. Este abrió en 1900. Tan solo un año después el Siervo de Dios escribió una carta al obispo pidiendo permiso de dejar los cargos de Ceremoniero de Catedral y maestro del Seminario, debido a que le era imposible hacer esto y cuidar del Hospicio. Esto no le fue concedido ya que siguió siendo ceremoniero y maestro, aunque es posible que con menos deberes. [3] Por esto invita a los Hermanos Cristianos a Nicaragua para que se encarguen del Hospicio. [11]
El Padre Dubón siguió siendo capellán del hospicio ya que los primeros hermanos en venir eran seglares, no curas. La mayoría de recuerdos que León mantiene del Padre son de estos años en que mantuvo el hospicio. Dio hogar y educación a muchos niños, pero a parte fue el amparo de muchos pobres en León. Enfermos, moribundos, desamparados. Todos encontraban refugio en él. Hasta su propia cama les daba, ya que este gran asceta ni dormía en ella, sino en el piso, con una piedra para apoyar su cabeza. [4]
Columna de nuestra Iglesia
En el año 1906 Mons. Simeón Pereira y Castellón se negó a acatar la prohibición a los sacerdotes de usar la sotana fuera de los templos y espacios religiosos. Condenando este ataque a la Santa Iglesia, Mons. Pereira justamente excomulgó a Zelaya. Por todo esto fue exiliado tres años, hasta diciembre de 1909. Volvió de Nicaragua hasta después que Zelaya fuera forzado a renunciar. En este segundo exilio también fue el Padre Dubón instrumental para el manejo de la Diócesis, fungiendo como Vicario General. Fue el sacerdote que Mons. Pereira creía más capaz para manejar la diócesis con prudencia, sabiduría y santidad. [3]
Además, debido a la admiración que el General Zelaya manifestó por la obra del hospicio, Mons. Pereira supo que la Diócesis estaría protegida de futuros ataques y exilios. El Padre Dubón, de manera admirable, sostuvo la vida espiritual de todo el país. Con todas estas dificultades siguió siendo maestro del Seminario, velando por el Hospicio y cuidando de todos los necesitados. En el año 1907, abrumado por todos sus deberes, pide poder retirarse a un convento carmelita. [7] Sin embargo, por lo influyente que era su figura esta petición le fue negada.
Curatos
Sus fuerzas se debilitaban, por lo que diversas autoridades y allegados lograron convencerlo de relegar el cuido del Hospicio. El padre Dubón ocupó el curato de El Sauce desde el 19 hasta el 26 de noviembre de 1906, en un total de 7 días. El Siervo de Dios regresó a León por sentirse sorpendido y asustado de la extension de la parroquia y la enorme responsabilidad que conllevaba. Esto destaca su delicada conciencia, ya que él no se considera apto para el cargo. Le sucedió como párroco el padre Ramón Cervantes.
En enero de 1907 tomó posesión del curato de Masatepe. De su puño y letra leemos que le era mu forzosa la vida del campo, especialmente por ya tener varios años, tenía 45, y por lo que por 20 años pasó ocupado dando clases sentado. Los viajes a caballo en particular le asentaban mal y el temía por su intestino, que le había estado molestando. También lamenta que como él no puede costear una buena bestia, le es muy difícil atender bien a los parroquianos de ese lugar. [7]

Más de una vez pidió se le diera el curato de Masaya. Luego se le fue asignada la parroquia de Chichigalpa. El 20 de junio de 1912 tomó posesión de la parroquia de El Viejo. [7] Su fama en allá es grandiosa. Hasta nuestros días es venerado y el parque frente a la basílica se llama en su honor. Una anécdota en el diario La Noticia el 19 de enero de 1934 relata que el Padre Dubón, durante la fiesta de San Isidro, el Padre pasó por dos o tres horas bendiciendo las carrozas que salían a sembrar. [12] Según la Revista Conservadora el Padre Dubón construyó en 1912 una bóveda subterránea para resguardar tesoros por la amenaza de la guerra civil de la época. [13]
También construyó una casa de dos pisos que bautizó como Esquipulas para fundar otro hospicio, pero este no se logró fundar. Fue el padre el que cubrió la urna con los restos del Siervo de Dios Remigio Salazar, que antes estaban expuesta por un vidrio, debido al fanatismo creciente en la población, que se demostraba en expresiones inadecuadas para el sagrado Templo. Esto es relatado por el ensayista y periodista nicaragüense Francisco Moreira Tijerino en 1919. La única interacción que menciona con el Padre es la siguiente:
“En esa urna sagrada se verifica un fenómeno óptico. Vista oblicuamente del coro, costado derecho, en vez de reflejarse la imagen del propio coro y cimientos interiores del frontis, se proyecta el retablo mayor, los arcos torales y los hemiciclos que forman una leve gradería del presbiterio. San Mariano que está en observación atenta dice: "Es la propiedad admirable de los espejos planos, que se forman la imagen en el cateto de incidencia y no en el de reflexión".” [13]
Últimos Años
Volvió a León después de enfermar gravemente en El Viejo. Fue operado con éxito por el Doctor Luís H. Debayle. [4] El 5 de julio de 1914 recibe la parroquia de Santiago Apóstol de Telica. [7] No sabemos cuanto tiempo estuvo a cargo de esta. Volvió a León y nunca más ocupó el cargo de párroco. Vivía de limosna y nunca cobraba por ningún servicio. Varios vecinos se juntaron para regalarle una casita cerca de San Juan De Dios, en el barrio de Zaragoza. Esta sería su última morada. [4]
En 1922 Mons. Benito Oyanguren fue nombrado capellán del Hospicio, cargo que llevó por 38 años hasta su muerte en 1960. Así fue el sucesor del Padre Dubón como director espiritual de los niños. Sabemos que el último ministerio del Siervo de Dios Mariano fue el de capellán del Hospital San Vicente. Aún así, nunca se apartó del hospicio y colaboraba frecuentemente con el Padre Benito. Siempre trabajó hasta que ya no pudo más. Es evidente sí que siguió siempre socorriendo a cuantos lo necesitaban. Sabemos que siempre pasaba largos ratos en contemplación. Su crucifijo irradiaba luz cuando él oraba, tanto que se notaba afuera de su aposento.
Su hermana Virginia era terciaria franciscana y por eso los terciarios franciscanos en León guardaron de manera particular este hecho. A finales de 1933 ya estaba debilitándose más y más. Para Enero del siguiente año ya se encontraba en cama, débil y sin poder oír. Con costo podía comer y abrir los ojos. Padecía de cáncer. Cada 24 horas sus hermanas le daban un poco de Kola para beber y luego caía en un profundo letargo. Lo que podía decir era con una gran lentitud. En todo esto sí, se manifiesta un gran signo de su amor.
Cuando percibía a alguien, con costo levantaba su brazo y daba la bendición, para luego dejarlo caer. Llegado el momento final, junto a su Cristo, sus hermanas Virginia y María Ana y un grupo de humildes devotos, muere el Padre Dubón. Fue un miércoles, el 17 de enero de 1934, a las 1:45 de la tarde. A esa hora todas las campanas de la ciudad anunciaron su muerte. Tuvo el entierro fue el más grande en León después del de Rubén Darío. Recibió honores de ministro de la república, ministro de guerra y de arzobispo. La población se repartió tiritas de sotana como reliquias. Tocaban los devotos toda clase de artículos devocionales a su cuerpo.
El santo había muerto y como reliquias verdaderas trataron su cuerpo. Fue enterrado en San Juan de Dios, capilla del Hospicio. Después de su muerte la gente visitaba su casa para venerar el Santo Cristo del Santo Padre Dubón y muchos se sanaron al pedir su intercesión. Es lamentable que tomó más de ochenta años el empezar su causa del San Mariano de Nicaragua, que sin duda ya estaría en los altares, de no ser por la falta de piedad de muchos. Hasta en eso se asemejo a Cristo. “Ningún profeta es bien recibido en su patria”.
[1] Sergio Castellón Barreto, 2015, Familia Dubón en Nicaragua
[2] Genealogía Familia Alonso
[3] Francisco Javier Bautista Lara, 2018, Buen olor del ejemplo
[4] Gratus Halftermeyer, , Vida Ejemplar del padre Dubón
[5] Nicolás Buitrago Matus, , León La Sombra de Pedrarias
[6] Edgard Zúñiga, , Historia Eclesiástica de Nicaragua
[7] Expediente del Siervo de Dios Mariano Dubón en el Archivo Diocesano
[8] La Prensa
[9] Diario Íntimo de Don Enrique Guzmán
[10] Rafael Alvarado Sarria, 1969, Breve historia hospitalaria de Nicaragua
[11] Los Hermanos Cristianos en Nicaragua
[12] Diario La Noticia
[13] Revista Conservadora
[14] Revista del pensamiento centroamericano, Ediciones 166-173
[15] Recuerdos del viaje á León del Excmo. Señor presidente de la república Gral. D.J. Santos Zelaya (1901)

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